Descripción
Más sobre los nocturlabios
Las menciones de un instrumento específico para la medición de la hora nocturna no se encuentran hasta ya entrados en la Edad Media. La primera referencia conocida al nocturlabio es un manuscrito datado en el siglo XII. Raymond Lull describió en varias ocasiones el uso de una “sphaera horarum noctis” o “nocturnum astrolabium”. Con el libro de Martín Cortés de Albacar “Arte de navegar”, publicado en 1551 el instrumento ganó una popularidad mayor. Saber la hora era muy importante para los navegantes en la mar. Se necesitaba conocer la hora precisa para, utilizando tablas de mareas, poder entrar con seguridad en los puertos y también para regular los turnos de trabajo. Con el nocturlabio los navegantes eran capaces de saber la hora de noche siempre y cuando el cielo estuviera despejado. El problema surgía cuando el cielo estaba nublado y no se podían observar las estrellas y entonces se veían obligados a utilizar los relojes de arena, hasta que a mediados del siglo XVIII aparecieron los cronómetros y los nocturlabios cayeron en desuso.
El nocturlabio es en realidad una computadora analógica muy simple. En comparación con otros instrumentos que requieren tablas matemáticas y trigonometría, el nocturlabio es muy fácil de usar y es fiable con una precisión de unos 15 minutos. El uso de un nocturlabio junto con un cuadrante de altura dará una lectura de latitud más precisa.
Los primeros nocturlabios eran de madera, posteriormente se fabricaron en latón y solían medir entre 15 y 20 cm de diámetro si bien tamaños más pequeños como este son totalmente funcionales.
Se componen de varias piezas unidas por un eje central en el que hay un orificio por el que se apunta a la estrella Polar.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.